Metales preciosos y de tierras raras han atraído durante mucho tiempo la atención de los inversores debido a su confiabilidad y estabilidad potencial. En comparación con otros activos como acciones, bonos o bienes raíces, los metales tienen sus propias características y ventajas:
- Los metales preciosos, especialmente el oro y la plata, históricamente han servido como almacenes confiables de valor. Durante períodos de inestabilidad económica o presiones inflacionarias, a menudo se perciben como refugios seguros para el capital, lo que los convierte en instrumentos importantes para la diversificación del riesgo en las carteras de inversión.
- Invertir en metales preciosos permite diversificar el riesgo entre diferentes clases de activos. Esto es particularmente relevante en mercados financieros volátiles, donde los precios de las acciones y los bonos pueden experimentar fluctuaciones significativas. Los metales pueden servir como componentes estables en una cartera, capaces de mitigar pérdidas potenciales.
- Con el avance de tecnologías como vehículos eléctricos, energía solar y muchas otras, los metales de tierras raras como el cobre, el litio y el cobalto están siendo cada vez más demandados. Invertir en estos activos brinda la oportunidad de participar en un mercado prometedor donde se espera que la demanda crezca constantemente.
- Dado que los precios de los metales preciosos y de tierras raras pueden ser altamente volátiles, los inversores deben desarrollar una estrategia de gestión del riesgo que tenga en cuenta las fluctuaciones de precios e incluya una asignación de capital racional.
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